¡Un vampiro suelto en Carcassonne!

Jesús
Edad: 40 años
Logroño, España

¿Hace mucho que conociste, “Carcassonne”? ¿Cómo ocurrió?

Fue hace unos 5 años, no estoy seguro. Supongo que lo vi en alguna tienda o leí algo en algún blog, no lo recuerdo bien. Lo que recuerdo es que fue mi primer juego de la época actual, el que más me llamó la atención por aquel entonces.

Básicamente, si no estoy mal informado, has jugado con colegas, ¿muchas puñaladas? ¿Piques importantes?

Pues sí, suelen darse piques entre algunos y otros se aprovechan de ello, es un defecto típico como pasa en Railes. Además, siempre hay uno al que le vienen todos los monasterios.

¿Qué crees que hace a este juego un superventas?

Muchas cosas. La idea es buena, la presentación también, el precio no es alto y el que la gente vaya a una tienda y vea tanta caja con expansiones supongo que hace que le llame la atención. Además, es un “juego del año”.

En tu opinión, y hablando en general, ¿cuál es el porcentaje en Carcassonne entre la suerte y la habilidad de un jugador para ganar una partida?

Suerte existe, no me cabe duda, pero cuando juegas a la versión de PC o la de iPad te das cuenta que o eres muy bueno o no vas a ganar. Yo creo que un 25% de suerte.

Hablemos de las expansiones. Si alguien que acaba de adquirir el juego básico está leyendo esta entrevista, ¿cuál le recomendarías? ¿Qué expansión consideras imprescindible?

No sé, las dos primeras son muy buenas; Posadas y catedrales y Constructores y comerciantes. La de la princesa y el dragón la veo más para niños, la de la torre no me gustó, y la del alcalde me parece buena también. La de los puentes creo que no aporta mucho. En general, no metería más de una o de dos expansiones en una misma partida. Ah y la del fantasma también me gusta, le da mucha estrategia.

Este año llegó Carcassonne: Mares del Sur, un título de una serie llamada "Alrededor del mundo". ¿Qué Carcassonne verías con buenos ojos? ¿Alguna época o civilización concreta?

Uff, ni idea. Pero, por mis gustos personales, no vería mal que metieran un vampiro, jaja.

¡Muchas gracias, Jesús!