“En un torneo nacional se está jugando por algo mucho más que sólo ganar una partida”
Lo ha vuelto a hacer. Osvaldo Del Arco revalida su título como mejor jugador de Carcassonne en México y tendrá una segunda oportunidad de conquistar el Mundial. ¿Lo conseguirá? De momento, nos cuenta su nuevo triunfo y cómo afronta esa segunda experiencia mundialista.
Antes de nada, felicitarte por revalidar tu título como mejor jugador de Carcassonne en México.
Agradezco nuevamente a La Plaza de Carcassonne por permitirme compartir mi gran experiencia con este fabuloso juego de mesa nombrado Carcassonne, que sin duda alguna me ha traído muchas satisfacciones en estos tiempos, porque no solamente he tenido grandes e inolvidables partidas de juego, sino que he logrado conocer a muchas más personas que tienen este grandioso gusto en particular en común con mi persona. Cabe mencionar que hoy en día soy un buen jugador, tal vez no el mejor, porque me he rodeado de personas asombrosas que verdaderamente juegan muy bien, me parece que ese es un punto importante en mi desarrollo y aprendizaje a grandes rasgos. Por ahora me siento muy feliz y orgulloso de haber logrado este inesperado bicampeonato nacional de Carcassonne en México, ya que es algo sin precedentes en mi vida. Espero seguir por mucho tiempo más en este gran y especial recorrido sobre las mesas de juego, construyendo magníficas ciudades, misteriosos caminos, enigmáticos claustros y relucientes campos verdosos con mis meeples.
¿Qué partida del torneo te resultó más complicada?
Me parece que la respuesta es bastante complicada jaja porque para mí todas las partidas de juego donde me veo involucrado con una o más personas se convierten en verdaderos retos, pues siempre respeto a mis oponentes en todo momento y no los subestimo en lo más mínimo, me parece que cada mente es un mundo extraño formado por pensamientos estratégicos e ideas llenas de infinita imaginación. Por lo tanto no tengo una respuesta exacta, pero si puedo describirte los detalles en cada una de las cinco rondas preliminares contra buenos jugadores como Will, Daniela, Andrea, Víctor y Miguel; para hacerlo más interesante, donde mi concentración estaba fija en el objetivo más importante para mi persona y mi mente, que es seguir aprendiendo y creciendo como jugador.
Creo que la partida más difícil no es aquella donde logras ganar, sino en la que pierdes, como me ocurrió en la cuarta ronda que jugué con Víctor Maya, porque me enfrasqué en un solo concepto estratégico y perdí de vista muchos detalles de mi estrategia personal, y eso me costó la derrota, que a su vez despejó mis ideas de lo que estaba haciendo previo a las rondas finales. Por otra parte, tengo que decir que ya en el top ocho del torneo nacional, me crucé con jugadores excepcionales como Rodrigo, Veronica y con Andrea nuevamente en la partida final, así que todas y cada una de esas rondas son muy importantes y complicadas, porque es en donde debes dar lo mejor de ti y poner a prueba todos tus conocimientos estratégicos respecto al juego. Estar en la final de un torneo nacional de Carcassonne es demasiado emocionante, a veces indescriptible.
Supongo que al ser partidas de 2 jugadores tiene que ser un alivio saber que no podrás sufrir el famoso kingmaker, como ocurre en partidas de 4, por ejemplo en el nacional español.
Por supuesto! Así le puedes dar una mejor apertura a tu estrategia personal sin preocuparte por algún jugador que simplemente este jugando para pasar el rato y divertirse sin ninguna finalidad de por medio, aunque no existe como tal una regla establecida de torneo que te indique que no lo puedes hacer, porque los juegos de mesa son como pequeñas batallas estratégicas donde todo se vale, siempre y cuando no hagas algún movimiento indebido a propósito o trampa, en su respectivo caso.
Me parece que aquellos jugadores que son kingmaker lo deberían de pensar dos veces antes de ayudar a otro jugador a obtener puntos fáciles para la victoria ajena, ya que en un torneo nacional se está jugando por algo mucho más que sólo ganar una partida.
En pocas semanas volverás a competir en Alemania, en el Mundial, ¿en qué has crecido durante este año? ¿En qué has mejorado tanto como jugador de Carcassonne como a nivel personal?
Es punto de partida muy importante a nivel personal, porque desde el primer momento que tuve contacto con este fabuloso e incomparable juego de mesa, me di cuenta que no solo estaría involucrado con el mismo de forma casual, sino que todo esto se proyectaría a grandes niveles, porque no solamente te conviertes en campeón de un juego como tal, creo que ese no es el verdadero valor, mas bien se trata de representar algo mucho más importante, como un tipo de embajador, quién no solamente juega y conoce a detalle el juego de mesa, sino que tiene presente una marca de calidad y la quiere compartir con todos los demás, por el simple hecho de saber que es una cuestión que vale la pena dar a conocer.
Mi crecimiento personal con Carcassonne tiene dos puntos esenciales, los cuales se llevan de la mano, como lo son la convivencia social y el entretenimiento lúdico. Por otra parte he logrado dominar en gran parte de forma eficaz la estrategia general del mismo juego, desarrollando y aplicando movimientos que no todos harían, porque no están acostumbrados del todo a divertirse y a ganar, pienso yo que en cualquier juego de mesa es la receta perfecta para lograr una exitosa victoria. He crecido bastante y lo sigo haciendo día con día y partida a partida, eso me hace sentir muy bien.
¿Algún objetivo mínimo para el Mundial?
Me atrevo a decir que es necesario pensar en el máximo límite, que es ser campeón mundial, no soy una persona conformista, pero no estaría nada mal acceder al top cuatro. Siempre hay que soñar con ser el mejor de todos, nunca está por demás hacerlo, es una gran motivación en un juego como Carcassonne. Está vez vuelvo con el objetivo bien establecido de jugar muy bien y no dejar ningún detalle al azar. Es muy simple, quiero ganar con mucha determinación.
Muchas gracias por volver a LA PLAZA DE CARCASSONNE, te deseamos mucha suerte en el Mundial.
