Top3 2023 de Friki Guías
Va terminando el 2023 y Friki Guías nos trae su top 3... para bien y para mal.
TOP 3 DE JUEGOS QUE ME HAN SORPRENDIDO PARA BIEN:
Revive: Que un eurogame con cierta dureza te pueda sorprender con sus mecánicas, no es algo sencillo. Y este Revive no solo lo consigue, si no que la combinación del uso de las cartas en una zona o en otra, la expansión por el tablero de hexágonos y el triple track central de los tableros de jugador, hace que tengas muchísimas posibilidades. Y ver como combinarlas o que opciones elegir, teniendo cuidado de como avanzan los demás, es un verdadero lujo. Sin duda uno de los juegos del año.
Expediciones: A estas alturas todos sabemos que los juegos de Jamey Stegmaier van a ser artísticamente una pasada, y más si se trata de una secuela de Scythe y cuenta con Jakub Rozalski a los pinceles. Lo que no me podía esperar es que podía evolucionar de una forma tan elegante las mecánicas del Scythe, a su vez simplificar la selección de acciones. Y que esto dé cómo conclusión un juego tan fantástico y que soslaya fenomenalmente todos los pequeños fallos que tenía su antecesor.
The White Castle: Decir que Shei e Isra son diseñadores descomunales es algo de Perogrullo hoy en día, pero que consigan hacer un eurogame de colocación de trabajadores tan sencillo, que en tan solo 9 acciones sea capaz de hacer tanto, es para que te vuele la cabeza. Si me llegan a decir que hoy en día se podía hacer un juego que diese tanta complejidad, estrategia y diversión con tan pocas acciones y con unos componentes tan comedidos, no me lo habría creído. Pues todo eso, y más, es este The White Castle. Y además tenemos que añadirle las ilustraciones de Joan Guardiet y el diseño y maquetación de Meeple Foundry, sinónimo y garantía de calidad absoluta. El trabajo de Devir con los juegos de producción propia unido al talento de Shei y de Isra es un tesoro nacional.
TOP 3 DE JUEGOS QUE ME HAN SORPRENDIDO PARA MAL:
Heat: Es quizás, para mí, la decepción del año. Y no porque sea mal juego, ni mucho menos. De hecho, me lo pasé bien jugándolo. Si no porque esperaba sensaciones muy parecidas a mi amado Flamme Rouge ya que me dijeron que era una evolución mejorada de este, y no me dio la misma experiencia. La competitividad está ahí, y la emoción. Pero el cálculo de las curvas y el desarrollo de inclusión de cartas de motor forzado me parece una mecánica menos divertida que el uso de las cartas de “pájara” en el juego de ciclismo.
Oltréé: Gran juego que resultó una decepción porque esperaba mucho de él. El arte de Dutrait y sus mecánicas cooperativas son dos componentes que hacen que un juego entre en mi top de expectativas. Pero si encima le juntamos la ambientación de fantasía medieval le pones la guinda al pastel. El problema es que cada vez que lo juego me queda más la sensación de haber jugado a un eurogame donde tenemos que ir apagando fuegos de un lado a otro, en lugar de estar viviendo una aventura de fantasía cooperativa. Si lo que buscas es lo primero, este juego es probablemente de los mejores de los últimos años. Pero a mi me decepcionó en ese sentido.
Barcelona: Otro ejemplo de gran juego, pero que en este caso tiene demasiados componentes de azar para lo que busco yo en un eurogame. En él tienes que colocar dos trabajadores que robas en una bolsa de tela opaca. Según como los coloques apilados haces una acción u otra, y puedes construir a continuación un edificio según trabajadores que ya hubiese colocado previamente alrededor de la manzana. Y además, si lo haces, podrás puntuar según los colores de trabajadores que ya se encuentren previamente en el track de puntuación más abajo. Todo ello hace que el control de lo que podrás hacer sea complicado, si no casi imposible en muchos momentos. Y que dependa no solo de donde se coloquen los demás, si no de los objetivos que haya esa ronda y de si tienes suerte y te sale los colores que quieres. Sin duda es un grandísimo juego que no es para mí.